17 de julio de 2017

Ruta arqueológica de Miño de Medinaceli - 1/2 - Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez



Distancia: 9,4 Km.
Desnivel: 56 m.
Desnivel acumulado: 90 m
Mapa y soporte gps de la ruta

Esta es una de las rutas arqueológicas más completas de las que he publicado. De nuevo dejamos Navarra y nos acercamos a Soria. Parece mentira que un pueblo tan pequeño y desconocido como Miño de Medinaceli ofrezca en sus proximidades tanta riqueza arqueológica. A lo largo de los algo más de 9 kilómetros de recorrido haremos un viaje en el tiempo desde el Neolítico hasta la Edad Media. En esta ruta visitaremos un paraje singular de roquedos de extrañas formas donde se encuentra el Abrigo de la Dehesa, un abrigo con pinturas rupestres que estuvo habitado al menos desde el Neolítico; la Cueva de la Santa Cruz, uno de los lugares prehistóricos más singulares en la geografía peninsular con sugerentes grabados cuya cronología viene al menos de la Edad del Bronce; un interesantísimo altar de sacrificios celtíbero y un conjunto de tumbas antropomorfas de la Edad Media.
Km. 0,00.- 30T  x=540324  y=4559836 Dejamos el coche en Miño de Medinaceli, pueblo que se encuentra muy cerca de la mucho más visitada población histórica y turística de Medinaceli. Desde las cercanías de la plaza tomamos la carretera que lleva a Conquezuela.
Km. 0,350.- 30T  x=540011  y=4559756 Tras cinco minutos de caminata vemos una cruz de piedra que está a la derecha de la carretera. Aquí nos salimos de la misma por la pista de tierra que deja a la izquierda la cruz.
Cruz junto a la carretera de Miño a Conquezuela

Nos acercamos hacia unas naves agrarias y a la derecha vemos la primera roca singular que sobresale del terreno y que asemeja vagamente a un hombre sentado que mira hacia el norte.

Km. 1,00.- 30T  x=539337  y=4559636 La pista pasa entre las naves y la roca.
Km. 1,600.- Continuamos por la pista hasta que llegamos al comienzo de un paraje singular. En estas estribaciones septentrionales de la Sierra ministra las grandes rocas de arenisca forman extrañas formas que alternan con la vegetación que crece donde puede, ya que la roca se abre paso entre el verde (ver la foto que encabeza el artículo).
La ruta primero trascurre a los pies de estas rocas pero pronto gana altura para situarse en la parte superior de las mismas donde recorremos un terreno casi llano que atraviesa un bosque poco espeso de roble.
Km. 2,450.- 30T  x=538150  y=4559894 Cuando llevamos algo más de media hora andando desde el pueblo vemos que la zona forestada se abre en una explanada a la derecha. Aquí nos tenemos que salir de la pista por la explanada dejando a la derecha una gran roca que asoma y que desde una determinada perspectiva parece una cabeza simiesca, la roca de Kong la he llamado. Es como si el gigantesco y famoso gorila hubiera quedado enterrado de cuello para abajo en este extraño paraje.
Cabeza simiesca, la roca de Kong, en las cercanías del Abrigo de la Dehesa
A la izquierda de esta gran roca donde hemos querido ver al conocido simio cinematográfico y a tan sólo 90 metros de la pista vemos una visera rocosa, un abrigo rupestre en parte disimulado por un par de árboles que tapan parte de su boca y por bastantes zarzas que crecen en su entrada. Este es el Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez llamado así por el que lo descubrió 30T  x=538103  y=4559975.
El Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez
El abrigo tuvo ocupaciones humanas desde el Neolítico hasta tiempos romanos. Pero lo más interesante es el panel de pinturas rupestres esquemáticas que se encuentra en en su interior donde se ha interpretado que puede estar representado un ritual funerario con un motivo sumamente extraño, una barca con una pequeña vela. Toda la información sobre el Abrigo de Carlos Álvarez o de la Dehesa en este enlace.
Panel de pinturas rupestres del Abrigo de la Dehesa
Tras visitar el abrigo rupestre volvemos de nuevo a la pista y la continuamos en dirección oeste. Atrás queda el ceñudo simio de roca que parece estar esperando a aquel que se atreva a perjudicar las pinturas para aplastarle con su puño enterrado. Ya sabes: si visitas el Abrigo de Carlos Álvarez deja el lugar exactamente como lo has encontrado, es más, si algún ignorante o irresponsable ha dejado alguna basura recógela y tírala luego en el pueblo. Quizás los espíritus que fueron venerados en la cueva te sean propicios :-)
La visita al Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez ya merece el esfuerzo de la ruta, un esfuerzo por otra parte poco importante por el escaso desnivel de misma. Pero todavía nos quedan muchas más sorpresas en este viaje al pasado por tierras sorianas. En la continuación de la ruta, a la que puedes acceder en el siguiente enlace, visitaremos la Cueva de la Santa Cruz y un altar celtíbero.


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