14 de diciembre de 2017

PEÑAHITERO La tumba del príncipe celta - Fitero

En este artículo vamos a tratar de un yacimiento arqueológico muy especial. Además de un potente sistema defensivo, en Peñahitero se encontró una tumba única den la Península Ibérica, la tumba de un príncipe o jefe celta de gran contenido simbólico y ritual datada en el siglo VI a.C. Además está tumba se hallaba en un lugar extaño. Estaba encastrada en medio de la muralla que protegía el poblado protohistórico de Peñahitero.

El castro de Peñahitero toma el nombre de la peña dónde se encuentra, un resalte rocoso sobre la fértil vega del río Alhama. Se encuentra a poco más de dos km de Fitero, localidad navarra que se encuentra al sur de la Comunidad Foral.
Ya desde antiguo se habían apreciado en el lugar restos de construcciones antiguas. Pero fue con las excavaciones dirigidas por Manuel Medrano y María Antonia Díaz en los años 2004 y 2005 cuando el yacimiento empezó a dar señales de su singularidad.



El poblado de Peñahitero aprovecha como muchos otros castros de la Edad del Bronce la naturaleza, el relieve, para su protección. Así su vertiente sur cae a pico sobre la vega del río Alhama haciendo este lugar en inaccesible. En la vertiente este norte y oeste el poblado estaba defendido por una potente muralla de la que hoy podemos apreciar un importante tramo en su vertiente oriental que es la zona donde se ejecutaron las excavaciones dirigidas por Manuel Medrano. Allí podemos ver un gran lienzo de muralla de casi 30 metros de longitud que en algún caso alcanza casi los 3 metros de altura. La muralla delimitaba la parte superior del poblado, lo que podemos llamar acrópolis, que ocupaba 900 metros cuadrados en la parte más alta del cerro. A unos metros de esta primera muralla había otro recinto amurallado concéntrico. Entre las dos murallas entre los cuales también los arqueólogos han excavado la planta de varias casas o recintos, que podría ser casas o instalaciones de actividad industrial (metalurgia o molienda de grano).
Con estas dos murallas no acaban las defensas del poblado. Los arqueólogos han localizado los restos de dos torres una a cada extremo del la muralla oriental. En el torreón norte todavía podemos ver un gran derrumbe de piedras que marca su ubicación.


También en el sector oriental, en una cota de altura inferior, tras la segunda muralla, podemos apreciar varios terraplenes hoy son usados como bancales. Estos terraplenes dificultaban aun más el acceso al poblado.
En las excavaciones arqueológicas también se encontró en esta ladera un campo de piedras hincadas, método defensa que consistía en plantar en el terreno piedras puntiagudas de unos 45 cm de altura de tal manera que así se evitaba el rápido acercamiento del enemigo a la muralla. Por un lado las piedras podían herir a las caballerías y a los infantes y por otro lado al obligar a la ralentización de la aproximación del enemigo le hacía más vulnerable a los venablos, proyectiles de hona, lanzas y demás armas arrojadizas de los defensores.
Pues si la muralla sacada a la luz por Medrano y su equipo es uno de los restos constructivos de la Edad del Hierro más importantes de navarra, todavía adquiere más relevancia histórica por la sorpresa que guardaba en su interior. En la muralla apareció una tumba que se hizo a modo de habitación encastrada en la caja de la muralla. Una habitación de unos 10 metros cuadrados que se utilizó para enterrar a un personaje muy especial. O mejor dicho para enterrar su cabeza. Ese habitáculo rectangular sirvió para que se enterrara la cabeza de un varón adulto de avanzada edad. Además con el cráneo apareció un casco de clara tipología centroeuropea. A esto se añade que en Peñahitero también han aparecido cerámicas también típicas del mundo celta de más allá de los Pirineos. Esto ha hecho que Manuel Medrano considere que no nos encontramos ante un poblado de la Edad del Hierro como otros muchos de los que se han hallado en Navarra y de los que este libro es prueba. Nos encontraríamos ante la residencia fortificada de un gran jefe militar celta, cuyo linaje dominaría estas tierras de La Vega del Alhama.
Habitación funeraria del príncipe celta de Peñahitero
El enterramiento tenía un claro carácter simbólico. Los celtas consideraban que el alma se encontraba en la cabeza. La cabeza del gran lider permanecería para siempre con su pueblo. Su tumba encastrada en la muralla haría a la muralla más fuerte, indestructible, inabordable para el enemigo. El enterramiento de la cabeza de ese jefe en la muralla protegería mágicamente la integridad del castro. Entre el ajuar del jefe guerrero aparecieron colmillos de jabalí y la cornamenta de un ciervo. Ambos elementos tienen también un significado simbólico. El jabalí representa el valor, ya que no para de atacar aunque esté herido. La cornamenta del ciervo es la corona del rey del bosque y por tanto un símbolo de jerarquía. También puede representar al dios celta Cernnunos, ya que la cornamenta del ciervo es su atributo.
Tanto el enterramiento como la tipología de parte de las cerámicas encontradas en el yacimiento ha hecho a Manuel Medrano presentar la hipótesis de que en Peñahitero se estableció un grupo venido del otro lado de los Pirineos. Desde este enclave fortificado de Peñahitero, y es de suponer que por medios militares, se harían con el control de esta zona que aparte de su gran fertilidad agrícola también es un corredor de paso importante que comunica la zona sur de Navarra, el valle del Ebro, con las llanuras de Soria y con la Meseta.
Con el enterramiento del príncipe celta no acaban las sorpresas arqueológicas de Peñahitero. También junto a la muralla aparecieron dos enterramientos infantiles muy inusuales. El primero pertenecía a un niño de entre 5 y 7 años. Sus pies aparecían apoyados en el interior de la muralla. y también como en el enterramiento del gran jefe, apareció con una cornamenta de ciervo y con colmillos de jabalí. ¿Tenía relación este chaval con el gran jefe? ¿Era su heredero? No lo podemos saber pero sería posible. Por otra parte es muy raro que un chico de esa edad aparezca enterrado. Celtíberos y celtas incineraban los cadáveres de los niños muertos cuando morían con más de un año de edad. Sin duda este chaval fue especial para recibir este tipo de enterramiento.
También muy cerca de este enterramiento, en la parte norte de la muralla y cerca del torreón, apareció el enterramiento de otro niño. Este era más pequeño, seguramente de menos de un año. Celtas y celtíberos enterraban a los niños de la tribu que morían antes de cumplir un año. Pero no lo hacían junto a la muralla, lo hacían bajo el suelo de las casas. Era su manera simbólica de seguir acogiendo al pequeño junto a la familia. Es decir este enterramiento también se sale de la norma.
Peñahitero tiene todavía mucho que ofrecer, ya que su parte superior está en su mayor parte sin excavar. En esta parte superior del cerro se supone que estarían las casas del poblado.
Cuando visité Peñahitero algo me llamó la atención. Justo junto al cortado de cae a pico sobre la vega del Alhama pude ver lo que parecían ser unos agujeros practicados artificialmente y lo que parecía los restos de un gran círculo tallado en la roca junto al despeñadero. Y a pocos metros, aunque esto es una simple suposición, parece haber unas gradas también excavadas en la roca pero de las que no se puede decir con seguridad ya que la erosión las ha desfigurado en gran parte y podrían ser de origen natura. Desde aquí, se tienen las mejores panorámicas de la zona. Está terraza rocosa está orientada hacia el sur dominando también el este y el oeste. ¿Podemos aventurar la hipótesis que en esta parte del poblado fuera un santuario? ¿Podría ser que todo el poblado tuviera la consideración de lugar sagrado?. Quizás sea más correcto pensar que esta cornisa rocosa sobre el valle podría ser un lugar de ceremonias dentro del poblado, ya que la aparición de casi un centenar de molinos en las excavaciones nos informan que aquí se molía el grano, es decir se tenía una importante actividad industrial más relacionada con la vida normal que con lo propio de un santuario.
Terraza rocosa de Peñahitero. Fitero al fondo.
Estos molinos también son prueba de que en este lugar se concentraban los excedentes de los alrededores. Es otro indicio a favor de que el poblado fortificado de Peñahitero era un centro de control de esta parte de la vega del Alhama.
Por último en la parte oeste del poblado, donde no ha quedado restos de la muralla todavía se puede apreciar la huella de lo que debió ser un foso hoy ocupado por el campo de olivos que está justo al lado del montículo sobre el que se alza el poblado protohistórico. Un poco más allá, donde comienza la pista de tierra que lleva al poblado, hay otra pequeña hondonada y un pequeñísimo alto dónde hoy está instalado un cartel. Aquí pudo haber un antecastro que facilitaría la defensa del poblado por este sector.
Podemos acabar la visita al castro disfrutando de las panorámicas que se tienen del del mismo. Hacia el oeste podemos ver Fitero y más atrás las alturas dónde se encuentra la Peña del Saco, otro poblado de la Edad del Hierro ya limitando con la comunidad de La Rioja. Hacia el oeste podemos ver el pueblo de Cintruénigo. A los pies del cerro de Peñahitero se extiende la fértil vega del Alhama, que seguro también cultivaron los que aquí habitaron en el pasado y que hoy podemos ver ocupada por fincas de frutales y productivas huertas.
En definitiva Peñahitero es un poblado que le sale de lo normal, enclavado en zona limítrofe de los poblados vascones con zonas dominadas por otros pueblos celtíberos. EL lugar parece que fue ocupado por gentes que vinieron desde muy lejos y que aquí se establecieron ejerciendo un control sobre el territorio y la producción. Seguro que no lo tuvieron fácil. Los arqueólogos han hallado restos que al menos dos incendios que provocaron daños tanto en la muralla como en el poblado. Parecen pruebas de ataques al poblado.
No se sabe exactamente cuando se abandona el poblado. Primeramente se creía que fue abandonado en el siglo IV a.C. Pero la aparición de un casco del siglo I a.C hace pensar que todavía estaba ocupado cuando los romanos invadieron esta zona de lo que hoy es Navarra.
Desgraciadamente cuando visité el poblado, a finales del año 2017, la vegetación y las inclemencias del tiempo estaban perjudicando poco a poco este importante yacimiento arqueológico. En Peñahitero se debería limpiar la maleza, consolidar sus muros y ponerse en valor para la visita. Pero se ve que con la desaparición del gran jefe que hoy reposara en algún museo o almacén arqueológico, el poblado dejo de estar protegido por su espíritu. Por eso ahora nos toca a nosotros cuidarlo puesto que este yacimiento es una joya arqueológica e histórica no solo de Fitero y de Navarra, sino también de la Edad del Hierro y del mundo celta.
En este enlace tienes la rutapara llegar al yacimiento de Peñahitero. Ya sabes: respeta, cuida, limpia y mejora el yacimiento si lo visitas. No dejes ninguna basura y si ves alguna recogela. Que el que venga detrás de tí pueda disfrutarlo y sentir a través de estos viejos muros el palpitar del pasado.

Bibliografía:
Manuel María Medrano Marqués, María Antonia Díaz Sanz
Trabajos de arqueología NavarraISSN 0211-5174, Nº 20, 2007-2008págs. 5-44


Manuel María Medrano Marqués, María Antonia Díaz Sanz
Trabajos de arqueología NavarraISSN 0211-5174, Nº 19, 2006págs. 45-84


María Antonia Díaz Sanz, Manuel María Medrano Marqués
Saldvie: Estudios de prehistoria y arqueologíaISSN 1576-6454, Nº. 3, 2003págs. 395-405


© Julio Asunción

13 de diciembre de 2017

RUTA FITERO - PEÑAHITERO Poblado de la Edad del Hierro



Distancia: 4,260 Km.
Desnivel: 35 m.
Desnivel acumulado:35 m
- Mapa y soporte gps de la ruta
- Información completa sobre el yacimiento de Peñahitero.

Km. 0,00.- 30T x=594544 y=4656591 Dejamos el coche cerca del ayuntamiento de Fitero, junto a la estatua de San Raimundo de Fitero, fundador de la orden militar de Calatrava. Recorremos el bonito paseo y al llegar al final tras pasar junto una fuente de dudoso gusto, continuamos por una estrecha calle que sale detrás, junto a una tapia. El camino asfaltado deja la derecha algunas huertas y a los pocos metros se convierte en una pista de tierra. Continuamos por ella. El camino de tierra va siguiendo una acequia que queda a la izquierda del camino.
Km.0,558.- 30T x=595019 y=4656835 El camino parece acabar junto a un pequeño bancal pero podemos ver que sigue en un sendero que transcurre justo al lado de la acequia. 80 metros más adelante este sendero da a otra pista de tierra, el llamado Camino de la Huerta. Aquí hay que seguir a la izquierda. Desde aquí ya se ve hacia el Este el resalte rocoso donde está el poblado protohistório.
Km. 0,762.- 30T x=594975 y=4656895 Giramos a la derecha dando un giro de casi 180 grados y continuamos por una pista que se dirige en dirección noroeste hacia las alturas donde se encuentra el poblado de Peñahitero.
Km 1,080.- Bifurcacion. Seguimos por la derecha, de frente.
Km. 1,400.- 30T x=595550 y=4657066 Un nuevo cruce. Seguimos por la izquierda por el camino menos pisado y que asciende. En tan solo una veintena de metros el camino acaba junto a una acequia, entre bancales. Cruzamos la acequia con cuidado. Es fácil ya que no llega al metro de anchura. Continuamos subiendo entre los bancales para ganar la altura que tenemos a nuestra derecha que es donde se encuentra el yacimiento de Peñahitero. Veremos que tras cruzar el bancal otro sendero sigue ascendiendo entre los bancales al tiempo que hagan altura. Pero conviene no seguir este sendero hast el final y giramos a la derecha y campo a través, sin ningún problema, ya que aquí hay prácticamente no hay vegetación.
Km. 1,520.- 30T x=595595 y=4657167 Enlazamos con una pista. Siguiéndola a la derecha nos lleva a Peñahitero. Vemos desde aquí dos pequeñas alturas la primera de la que no quedan parece que era un antecastro, es decir una pequeña fortificación que ayudaba a la defensa del castro principal. De hecho vemos como la pista hace una pequeña bajada por lo que seguramente fueron los restos de un foso antes de pasar por encima de ese antecastro que ahora se usa para dejar vehículos.
Restos del foso del antecastro de Peñahitero
Km. 1,580.- 30T x=595617 y=4657137 Unos metros más adelante vemos algunas piedras que forman los estos de un muro que pueden ser restos de la fortificación del antecastro. El pequeño cerro que tenemos delante es Peñahitero. Está detrás de un bancal que es usado como campo de olivos. Seguramente la ondonada donde están estos olivos fue un foso de defensa del poblado antiguo
Km.1,730.- 30T x=595703 y=4657039 En la parte más oriental del cerro es donde vemos lo más espectacular que se conserva en el yacimiento: La muralla que protegía por el lado oriental la acrópolis de la fortificación principesca. Si nos fijamos bien vemos a la izquierda otra muralla más pequeña. Entre estas dos murallas se disponían se han descubierto restos de construcciones de las que podemos ver algunos de los zócalos de piedra que han sacado a la luz los arqueólogos. Según Manuel Medrano aquí se encontraban viviendas o instalaciones industriales basándose y se basa en la cantidad de molinos que se han encontrado. Podemos apreciar perfectamente el espacio de las dos murallas así como una serie de terraplenes que bajan hacia la parte oriental que también colaboraban en la defensa del castro.
Muralla oriental de Peñahitero
Esta muralla se ha datado en el siglo VI a.C. En algunos tramos alcanza los 3 metros de altura. Aquí es donde se encontró la tumba principesca de la que todavía podemos ver el hueco que ocupó a un 1,70 metros de altura de la base de la muralla.
Recorremos la muralla y vemos en su parte norte un derrumbe de piedras que es resto de la torre que protegía a la fortificación en este sector. La entrada al poblado debió estar pegada al escarpe, el la parte su de la muralla.
Accedemos a la parte alta del poblado donde podemos ver los restos de varias catas de lo que debió ser la zona residencial del poblado. También vemos junto al cortado la plataforma rocosa a la que en el artículo específico dedicado al yacimiento hemos hecho mención y que pudo tener una función de escenario de rituales o actos sagrados. Desde aquí tenemos unas excelentes panorámicas.
Panorámicas desde Peñahitero
Dejamos Peñahitero tomando la pista que acaba en el antecastro que se dirige en dirección norte primero y que luego gira en dirección noroeste.
Km. 2,280.- 30T x=595509 y=4657226 Enlazamos con una ancha pista de tierra. Seguimos a la izquierda. Hasta este punto se puede llegar en coche ahorrando camino para aquellos que no les guste mucho pasear.
Avanzamos entre campos de olivos y frutales. Esto nos de idea de la gran riqueza agrícola de estas tierras que sin duda aprovecharon los que vivían en el castro de Peñahitero.
Km. 2,653.- 30T x=595181 y=4657353 Dejamos a la izquierda una gran nave y continuamos por la pista ahora todavía más ancha que se dirige hacia el Este.
Km. 3, 144.- 30T x=594732 y=4657426 Llegamos a la carretera NA-160. En este punto es donde se tiene que coger la pista de tierra y grava que nos lleva a las cercanías del castro de Peñahitero si no queremos ir andando y preferimos acercarnos en coche.
Una vez en la carretera cogemos acera y seguimos hacia la izquierda para llegar a las primeras casas del pueblo.

Km. 4,260.- 30T x=594544 y=4656591 Atravesamos el pueblo de Norte a Sur siguiendo las indicaciones hacia el Monasterio de Fitero y volvemos al paseo de San Raimundo y al coche. No podemos dejar Fitero sin visitar su monasterio. Es el monasterio del Cister más antiguo de España y uno de los monumentos principales de Navarra. La visión de sus ábsides es una de las postales más bellas de la arquitectura medieval en el norte de España.

© Julio Asunción

25 de noviembre de 2017

ELORZ - CASTRO EL CASTILLO DE ANDRICÁIN


Distancia: 4,120 Km.
Desnivel: 119 m.
Desnivel acumulado: 119 m
- Mapa y soporte gps de la ruta
En esta ocasión nos vamos a acercar a una pequeña altura en el Valle de Elorz. En su cima existió hace 2200 años un poblado de la Edad del hierro, un castro vascón del que hoy no quedan restos visibles de sus fortificaciones pero que al estar enclavado en un lugar estratégico nos va a permitir tener unas excelentes panorámicas del valle. Además también conoceremos el pueblo de Elorz, pequeña localidad con una interesante iglesia que en su interior tiene un valioso retablo romanista, un cristo gótico y una pila bautismal románica. En el pueblo también podremos ver varias casas antiguas, algunas blasonadas.
La ruta es muy cómoda de hacer. Elorz se encuentra a tan sólo un cuarto de hora en coche de Pamplona y además el recorrido es corto y el desnivel escaso. Se puede hacer perfectamente en un par de horas.


Km. 0,00.- Dejamos el coche en la calle San Francisco y luego subimos por la calle mayor. Pasamos por delante de la iglesia de la Asunción girando a la derecha y pasamos al lado de una pequeña área recreativa con tobogán y columpio para los niños. Ya vemos desde aquí la colina dónde se encuentra el Castillo de Andricáin. Junto al frontón que aprovecha la pared este de la iglesia comienza una pista de tierra que se dirige hacia los montes que cierran el valle de Elorz por el norte. Seguimos esta pista. Es el llamado camino de Andricáin.


Iglesia de la Asunción de Elorz

Curioso monumento en Andricáin
Pasamos junto a un curioso monumento de piedra moderno levantado en 1980. En su parte superior se ha representado una cabra. En este curioso monumento está señalado el nombre de este paraje: Andricáin que también da nombre nombre al castro.
Continuamos por la pista. Desde aquí hay una bonita estampa del castro de Andricáin con la Higa de Monreal al fondo. Las dos alturas lucen una bonita forma piramidal.
Km 1,170 m.- Poco más adelante del rústico monumento de piedra, en plena subida hacia el monte, sale a la derecha otra pista de tierra que nos va a acercar hasta la misma falda del montículo donde se encuentra el castro. Las estructuras hoy están en gran parte del cubiertas por la vegetación de monte que podemos apreciar en la cima de esta pequeña pero prominente altura.


El castillo de Andricáin y la Higa de Monreal

Km 1,410 m.- Llegamos a la misma falda del montículo donde está el poblado de la Edad del Hierro. Aquí hay una pista que lo rodea. Seguimos hacia la izquierda.
Km 1,590 m.- Este camino acaba en un sembrado. Aquí que salirse de la pista por la derecha y superar una alambrada. Continuamos de momento siguiendo la alambrada por el otro lado.
Km 1,840 m. Vamos subir por la ladera hasta llegar a otro vallado que limita un campo cultivado. Este campo cultivado está sobre parte del perímetro defensivo del castro. Desde aquí vemos el montículo que se levanta sobre la cima del cerro. Está perfectamente diferenciado de esta plataforma previa.
Km 1,930 m.- Javier Armendáriz Martija estudió y dio a conocer este pequeño castro protohistórico. Es curioso su nombre: El castillo de Andricáin. No se han encontrado restos de ningún castillo medieval en el cerro, ni siquiera cerámicas medievales que acrediten la ocupación en esa época. Seguramente el nombre de castillo le viene de que antiguamente estaría a la vista murallas del castro protohistórico antes de ser cubiertas por la vegetación. Si se han encontrado cerámicas celtibéricas, molinos y percutores datados en el primer milenio a.C.
La entrada al castro estaba en la zona este, tras seguir una rampa perimetral que zigzageaba por la ladera norte. Es decir la entrada estaría entre este monte y el otro monte que vemos enfrente que tiene casi la misma altura y que están separados por un collado. No sería de extrañar que este otro monte también hubiera un puesto de vigilancia dependiente del poblado de Andricáin a modo de antecastro, lo que situaría a los posibles atacantes que quisieran acceder a la entrada entre dos fuegos, al alcance de las armas arrojadizas de los defensores. 
Uno de los terraplenes de la parte superior del castro de Andricáin. Puede esconder la antigua muralla

Afortunadamente aunque la vegetación tapa las estructuras no tenemos  dificultades para recorrer el poblado de la Edad del Hierro. Lo mejor es sin duda es la panorámica que se tiene desde aquí del Valle de Elorz. También nos damos cuenta de la situación estratégica de este enclave que controlaba el corredor estratégico que viene desde Jaca hacia la Pamplona al tiempo que también vigilaba la entrada del paso del Carrascal, que es la entrada natural por el sur a la Cuenca de Pamplona.


Panorámica desde el castro. En primer plano Elorz. Al fondo la sierra del Perdón

Aunque no se aprecian estructuras si podemos ver que buena parte de la cima está rodeada terraplenes que probablemente esconden hoy muros de piedra de la antigua muralla que protegía el poblado.
En la parte superior podemos apreciar una zona bastante llena que seguramente fue nivelada artificialmente en la antigüedad para levantar aquí las casas del poblado. Según Javier Armendáriz el poblado debió ser abandonado en el siglo I a.C. Sus habitantes se trasladaron al llano, bien voluntariamente u obligados por los dominadores romanos. Es posible que ese sea el origen de la población de Elorz.
Kim. 2,210m.- Salimos ahora del castro por la ladera norte donde hay un pequeño sendero que nos lleva a las plataformas y terraplenes de la vertiente norte que con toda probabilidad son fosilización de las antiguas rampas de acceso al castro.


Rampa de acceso al castro del Castillo de Andricáin

Desde las rampas giramos a la izquierda y rodeamos el montículo del castro de Andricáin por su vertiente oeste hasta llegar a la altura de otra línea de vallado que desciende. La seguimos en descenso al tiempo que disfrutamos de unas buenas panorámicas del paso del Carrascal y la Sierra del perdón.
Km. 2,500 m.- Llegamos a la pista que rodea el Castro por su parte inferior y aquí solo tenemos que volver a retomar la pista que nos ha traído a Andricáin y volver al pueblo.


El castro de Andricaín desde el monumento de piedra

Km. 4,110 m.-En el pueblo podemos aprovechar para dar una vuelta y disfrutar de su sencilla Iglesia y de algunas de sus casas blasonadas. En este vídeo puedes ver algunos de los atractivos del pueblo.








© Julio Asunción

11 de agosto de 2017

MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE IBAÑETA Roncesvalles

Ubicación del yacimiento arqueológico del monasterio de San Salvador en Ibañeta

En el mes de julio de 2017 un equipo de arqueólogos dirigido por Mercedes Unzu realizó en el collado de Ibañeta un hallazgo excepcional para la historia de Roncesvalles y también del Camino de Santiago. 
Es sabido que el origen de la Colegiata de Roncesvalles está vinculado a la atención de los peregrinos que tras afrontar el temido paso del Pirineo se encontraban un lugar de acogida donde podían descansar y curar sus enfermedades y heridas. La Colegiata de Roncesvalles se fundó en el primer tercio del siglo XII con este fin. Pero anteriormente a la creación de la Colegiata de Roncesvalles en el collado de Ibañeta, existió un primer albergue que se edificó junto al monasterio de San Salvador de Ibañeta. Las primera referencia documental del Monasterio de San Salvador de Ibañeta se remonta al año 1071 cuando el rey de Pamplona Sancho IV, el de Peñalén, dona al obispo de Álava este monasterio. Posteriormente el monasterio dependerá del de San Salvador de Leyre. Debido a las duras condiciones meteorológicas del collado de Ibañeta el albergue fue trasladado a donde hoy se encuentra la Colegiata de Roncesvalles, que todavía hoy sigue atendiendo a miles de peregrinos cada año.



Pues bien, los arqueólogos han sacado a la luz lo que podrían ser los restos de la iglesia del antiguo monasterio de San Salvador de Ibañeta. los restos pertenecen a la cabecera de la iglesia y se encuentran junto a la actual ermita moderna y el aparcamiento-mirador.

Cabecera de la iglesia del monasterio de San Salvador de Ibañeta
La iglesia o ermita de Ibañeta es de considerables dimensiones. Lo que ha aparecido es la cabecera de la antigua iglesia. Según los arqueólogos la iglesia se extendería por debajo de la ermita moderna y alcanzaría la actual carretera nacional que atraviesa el collado. 
Uno de los muros excavados
Esperemos que los restos encontrados se pongan en valor con la consolidación de los muros y con algún panel informativo que documente a los visitantes y peregrinos sobre el hallazgo. Y es que estamos hablando de unos de los monumentos más antiguos vinculados al Camino de Santiago. 
Seguramente el más antiguo albergue de Roncesvalles el que se encontraba en este paso montañoso, estaba en la explanada que sirve de aparcamiento al mirador cercano. También sería de interés excavar por debajo del aparcamiento lo cual no sería ningún problema debido a sus dimensiones. Aunque parte del aparcamiento se levantara quedaría espacio de sobra para estacionar vehículos. Esto permitiría encontrar los cimientos de lo que fue el primer albergue de Roncesvalles, el que estaba ubicado en Ibañeta. 
Todavía no sabemos la cronología de los restos que se han sacado, si bien podríamos pensar en el siglo XI.


Es curioso que la estela moderna dedicada a la Virgen de Roncesvalles que se encuentra en Ibañeta este justo al lado de la cabecera de la antigua iglesia. Sin duda cuando se puso aquí no se sabía que al lado de lo que iba a ser un homenaje a la Virgen de Roncesvalles se encontraban los restos de la iglesia dónde muchos siglos atrás se hincaron de rodillas los peregrinos agradeciendo la acogida que encontraron aquí, en Ibañeta.

Estela de la Virgen de Roncesvalles junto a los restos de la antigua iglesia de Ibañeta
Parece mentira que unos muros tan humildes como los que han salido a la luz en Ibañeta puedan contarnos historias que ocurrieron hace casi un milenio. En esto podemos pensar mientras disfrutamos de las estupendas panorámicas que se disfrutan desde el mirador del aparcamiento.

Panorámica desde Ibañeta
El collado de Ibañeta tiene muchas más historias que contarnos. En este enlace tienes más información sobre este emblemático lugar y bonitas fotos de Ibañeta en invierno:

21 de julio de 2017

ABRIGO DE LA DEHESA O DE CARLOS ÁLVAREZ - Soria 1/2 Introducción

El Abrigo de Carlos Álvarez en la Sierra Ministra

En la Sierra Ministra, en el Valle de Ambrona, cerca del pequeño pueblo de Miño de Medinaceli, está el Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez. Este segundo nombre, Abrigo de Carlos Álvarez, se debe a quien descubrió de este abrigo con pinturas rupestres allá en el año 1997. Carlos Álvarez comunicó unos meses después, ya en 1998, al investigador y arqueólogo Juan A. Gómez Barrera el descubrimiento de lo que a Carlos Álvarez le parecieron ser unas pinturas prehistóricas. Carlos Álvarez y Gómez Barrera fueron a buscar el abrigo rupestre cuya localización no recordaba exactamente Carlos Álvarez. Pero no tardaron mucho en redescubrirlo dándolo a conocer posteriormente Barrera y otros autores en un interesante estudio cuya referencia está en la bibliografía del final de este artículo.

En el siguiente enlace tienes una ruta senderista que desde Miño de Medinaceli te acerca a este abrigo con pinturas rupestres y a otros yacimientos arqueológicos de diferentes épocas:

- Ruta arqueológica de Miño de Medinaceli.
El abrigo de Carlos Álvarez se llama también Abrigo de la Dehesa por encontrarse en un paraje adehesado denominado así: La Dehesa. Es un paraje bastante llano, con árboles dispersos. Lo más interesante de esta dehesa es que se encuentra sobre unos cortados rocosos de arenisca en los que está uno de los santuarios prehistóricos más sugerentes de la Península Ibérica, la Cueva de la Santa Cruz. Entre la Cueva de Santa Cruz y el Abrigo de Carlos Álvarez sólo media algo más de un kilómetro de distancia en línea recta.


Paisaje de la Dehesa de Sierra Ministra en las cercanías del Abrigo de Carlos Álvarez
El Abrigo de la Dehesa es una gran visera rocosa unos 15 metros de anchura, 2 metros y medio de alto y unos 3 o 4 metros de profundidad.
El abrigo y las pinturas rupestres de Carlos Álvarez tienen varias características que lo hacen especialmente interesante.
Por un lado es raro que los abrigos con pinturas prehistóricas conserven intacto el relleno arqueológico de aquellos que utilizaron el abrigo como vivienda, refugio o santuario. En cambio en el Abrigo de la Dehesa si se pudieron realizar excavaciones arqueológicas donde se encontraron más de 1.000 instrumentos de sílex y más de 15.000 fragmentos cerámicos. Estos hallazgos nos han informado que el abrigo estuvo ocupado en el Neolítico, Calcolitico, Edad del Bronce, Edad del Hierro y romanización.

Panorámica desde el interior del Abrigo de Carlos Álvarez
El hallazgo más importante fue un trozo de ocre, de óxido de hierro, que apareció en los niveles arqueológicos neolíticos y que según los análisis ha coincidido en su composición con parte del pigmento usado en las pinturas rupestres. Esto ha sido muy útil para dar una cronología a las pinturas rupestres, una cronología fiable que difícilmente se consigue averiguar en otros abrigos con arte rupestre.

El abrigo de Carlos Álvarez. Se puede ver la fosa de la excavación arqueológica.
 Fuente: ver bibliografía al final del artículo.
Otra de las características que hacen especial al Abrigo de Carlos Álvarez es la rareza en los motivos representados. Se han localizado dos paneles. Uno ahora es invisible al ojo humano. Se trata de la impronta en positivo de dos manos sobre la roca. La impresión de estas manos es un misterio más que guarda la cavidad. Aunque las improntas de manos no son exclusivas del Paleolítico, es en este periodo dónde se dan con más asiduidad. Al no haberse encontrado en la excavación arqueológica útiles del Paleolítico los investigadores creen que estas improntas de manos serán posteriores, pudiendo ser del Neolítico, como el resto de las pinturas del otro panel conservado.
A favor de una datación paleolítica estaría el hecho de que el abrigo no ha sido excavado en su totalidad. Las excavaciones afectaron a una larga franja en la boca del abrigo, hoy ocupada en gran parte por zarzas que han crecido en la tierra revuelta. Por otro lado a favor de una mayor antigüedad de estas improntas de manos también estaría su deficiente conservación que las hace hoy invisibles al ojo humano. Es extraño que fueran de la misma época o posteriores a las pinturas neolíticas del panel principal del que a continuación trataremos ya que estas están mucho mejor conservadas y perfectamente visibles. Pero mientras no haya nuevas excavaciones y hallazgos paleolíticos habrá que dejar la cronología de estas improntas de manos en suspenso.
En la siguiente entrada trataremos del panel principal del Abrigo de Carlos Álvarez.
- Continuación: pinturas rupestres neolíticas del Abrigo de CarlosÁlvarez.

 Bibliografía:
Autores: Juan Antonio Gómez-Barrera, Manuel Ángel Rojo Guerra, Marcos García Diez .Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología, ISSN 0514-7336, Nº 58, 2005, págs. 223-244

ABRIGO DE LA DEHESA O DE CARLOS ÁLVAREZ 2/2 Pinturas rupestres neolíticas

A la primera parte de este artículo donde hablamos de un interesantísimo abrigo con arte rupestre de Soria, el Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez puedes acceder en este enlace:

- Abrigo de Carlos Álvarez: Introducción

El panel principal de pinturas prehistóricas, perfectamente visible, se encuentra cerca del centro de la cueva, a media altura, perfectamente visible. Su conservación es bastante buena y a esta conservación tenemos que colaborar todos los que visitemos el Abrigo de Carlos Álvarez absteniéndonos de tocarlas y mucho menos mojarlas para reavivar las figuras lo cual en absoluto es necesario porque como digo son perfectamente visibles. Este panel tiene gran importancia por la rareza de sus motivos.
En el Abrigo de la Dehesa o de Carlos Álvarez - Miño de Medinaceli
Podemos ver dos agrupaciones de figuras. A la izquierda se puede observar lo que parece ser la cabeza de un personaje antropomorfo con los brazos alzados que se extienden hacia la izquierda de manera horizontal. Esta figura es muy interesante. Se parece, lo cual es sumamente extraño, a algunas figuras humanas del arte macroesquemático, un arte rupestre también datado en el Neolítico pero que se circunscribe a las montañas del norte de Alicante, es decir, a cientos de kilómetros del abrigo de Carlos Álvarez. En este enlace tienes información de los abrigos del Pla de Petracos, la Capilla Sixtina del arte macroesquemático.
Escena funeraria o ataque de animal, e incluso posible trisquel 
Aunque del personaje quedan hoy visibles la cabeza y los brazos puede ser que el desconchón de la piedra que se encuentre debajo se haya llevado lo que sería el cuerpo del personaje. Por otra parte a la derecha del personaje sale un largo y ancho trazo de pintura que también podría ser parte del cuerpo de este personaje. En este caso se ha llegado a interpretar que lo que se podría estar representando es un difunto o personaje fallecido y que la escena tendría relación con algún ritual funerario.
Cabeza y brazos de figura humana del Abrigo de la Dehesa
Encima de este personaje podemos ver un motivo de tendencia triangular qué se parece a un trisquel, motivo que se ha datado sobre todo en tiempos celtíberos, lo que actualizaría bastante la cronología de estas pinturas. Pero lo cierto es que en esta zona faltan trazos de pintura que completarían la escena.
A la izquierda de este motivo triangular vemos dos trazos que podrían ser la esquematización de unos cuernos. Llegué a pensar cuando vi la figura triangular y estos cuernos en la posibilidad de que se trate de la representación esquemática de un bóvido o un toro. De hecho Gómez Barrera ha llegado a interpretar que se podría tratar de un ciervo esquematizado.
En el caso, según la hipótesis que ahora se plantea aquí, de que se tratará de la representación de un bóvido, cabría la posibilidad de que se hubiera representado el ataque o la embestida de un toro al personaje que se encuentra tendido debajo, lo que daría, por su rareza, más importancia aún a la escena representada, siendo la representación del Abrigo de Carlos Álvarez una de las escenas más antiguas de tauromaquia. Es una interpretación quizás un tanto forzada pero ahí la dejo.
Por si esta representación no fuera suficiente para dar un interés especial a esta muestra de arte rupestre soriana, todavía es más extraño el motivo que tenemos a la derecha separado del anteriormente comentado por unos doce centímetros. En el estudio de Gómez Barrera se ha dado la hipótesis de que pudiera estar representada una pequeña embarcación donde también podríamos ver dos remos que se extienden hacia abajo de la figura por debajo de la quilla de la embarcación. La embarcación estaría tripulada por una o dos personas. Todavía son más interesantes los dos trazos que en la parte izquierda forman un motivo triangular que podría ser una pequeña vela.

Embarcación del Abrigo de Carlos Álvarez

Interpretación de la embarcación del Abrigo de Carlos Álvarez
Fuente: Ver bibliografía
Podría parecer un poco descabellada esta hipótesis por la lejanía de Soria con el mar, pero hay que recordar que en las cercanías del Abrigo de la Dehesa, a menos de 400 metros en línea recta, a los pies del cortado de arenisca, hasta hace poco más de 50 años existía una gran laguna, la laguna de Conquezuela. Es posible que dicha laguna se usara como fuente de recursos en la economía de los grupos que realizaron estas pinturas y que lo representado en el panel de arte rupestre sea una embarcación de pesca. Pero lo más sugerente es la interpretación indicada en el estudio de Barrera. Los dos grupos pictóricos podrían estar relacionados y lo que podría estar representado en este panel sería un escena funeraria, donde el difunto representado a la izquierda sería posteriormente llevado en esta embarcación por la laguna en un ritual a modo de la traslación del alma al más allá. También la barca podría representar ese transporte místico y espiritual que lleva el alma al otro mundo como también han interpretado diferentes culturas. Recordemos por ejemplo el paso de las almas por el río Estigia guiados por el barquero del Hades, Caronte o la barca solar que llevaba a los muertos en la mitología egipcia hacia el otro mundo.
Dejamos en la Abrigo de Carlos Álvarez pensando en que quizás en las praderas que frente al mismo se abren hace más de 4000 años se reunieron las gentes del Valle de Ambrona para realizar rituales ancestrales. Quién sabe si quizás aquí celebraron las exequias de un gran jefe o líder al que luego portaron en procesión hasta las orillas de la laguna donde una barca lo llevó atravesando la lámina de agua a ser enterrado en otro lugar sagrado hoy desconocido. Quizás las pinturas del Abrigo de Carlos Álvarez quisieron perpetuar ese acontecimiento. Nunca lo sabremos, pero cuando nos alejamos del abrigo no dejará de llamarnos la atención la gran roca que parece una gran cabeza simiesca que nos mira ceñuda saliendo de la tierra, como si fuera el vigilante del abrigo y esperara el momento de salir para aplastar a quien profane el lugar, a quien no se acerque al mismo con el debido respeto. Me ha gustado llamarla "la cabeza de Kong".

Curiosa roca en las cercanías del Abrigo de Carlos Álvarez
Y es que el abrigo de Carlos Álvarez tiene el encanto de esos lugares que fueron sagrados para gentes que murieron hace miles de años pero que quisieron dejar su huella a través de este arte ancestral pintado en la roca.

En el siguiente enlace tienes una ruta senderista que desde Miño de Medinaceli te acerca a este abrigo con pinturas rupestres y a otros interesantes yacimientos arqueológicos:

- Ruta arqueológica de Miño de Medinaceli.

 Bibliografía:
Autores: Juan Antonio Gómez-Barrera, Manuel Ángel Rojo Guerra, Marcos García Diez .Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología, ISSN 0514-7336, Nº 58, 2005, págs. 223-244

© Julio Asunción

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